Esta es una historia verdadera que publicó la revista People:
Una noche, en un Casino de Atlantic City, una mujer ganó un recipiente lleno de monedas. Decidió dejarlas en su cuarto, antes de ir a cenar con su esposo. Se dirigió al ascensor y al entrar, vio que dos hombres negros ya estaban adentro. Uno de ellos era especialmente grande y presionaba el botón que mantenía la puerta abierta. A la mujer se le paralizó el corazón mientras entraba. Su primer pensamiento fue: «Estos dos negros me van a robar!». Evitando tener contacto visual con ellos, se puso frente a la puerta y quedó con los dos negros atrás. La puerta se cerró, pero el ascensor no se movía. «Dios mío, pensó, estoy atrapada y a punto de ser robada!» Luego, uno de los hombres grito: «Al piso!!»
Su instinto de supervivencia le aconsejó: «Haz lo que te digan. No pongas resistencia por unas monedas. Se tiró de cabeza al piso mientras una lluvia de monedas caía sobre ella. El mas bajo de los dos le dijo: Cuando le dije a mi amigo «al piso», quise decir que marcara nuestro piso. No quise decir que usted se tirara, señora.»
El hombre se estaba mordiendo los labios para contener las carcajadas. Ella pensó, mientras se levantaba, que su miedo le había hecho hacer el ridículo. Entre los tres recogieron las monedas. Cuando el ascensor llegó al piso de ella, los dos hombres insistieron en acompañarla hasta su habitación ya que la vieron caminar temblorosa. Se despidieron y mientras ella se escurría en su cuarto, pudo oír las grandes carcajadas de ambos.
La mujer se cepilló el traje, se peinó y logró calmarse. Bajó a cenar con su esposo y al día siguiente recibió un enorme ramo de flores. La tarjeta decía:
«Muchas gracias por habernos hecho reír como nunca».
Estaba firmada: «Eddie Murphy y Michael Jordan»
Cuando leí esta historia no pude menos que pensar en la cantidad de veces que reaccionamos a partir de escuchar solamente nuestros pensamientos.
Mi hija diría: Ma.. que saltas?, si no hay charquito.
Pero así somos nosotros, escuchamos lo que nadie dijo y frente a eso reaccionamos.
Considero que este concepto de «escuchar lo que nadie dijo» es fundamental cuando tratamos de tener una escucha mas efectiva.
La clave del éxito es ir
a los locales de venta
y escuchar realmente
lo que dice el personal.
Nuestras mejores ideas provienen
de empleados y repositores.
No de escuchar nuestros pensamientos
Sam Walton.
¿Cuantas relaciones aun mantendrías si en algunas ocasiones no hubieras supuesto cosas que nunca te dijeron y que seguramente sólo pertenecieron a tu imaginación?
¿Cuántos dolores de cabeza podrías haberte evitado si hubieras aprendido a chequear tu escucha?
¿Cuantas decisiones hubieran sido diferentes?
¿Cuantas posibilidades no se hubieran perdido?
¿Cuanto sufrimiento podrías haber evitado?
¿Qué diferente podría ser tu comunicación si tuvieras en cuenta este concepto?
No nos damos cuenta
de que ser maravillosos
con las personas
significa chequear nuestra escucha.
Peter Drucker
Algunas formas de chequear la escucha podrían ser:
Permíteme repetir lo que me dijiste con mis palabras o
Lo que me quisiste decir fue…o
Lo que yo entendí fue…o
Lo que interpreto a partir de tus palabras es…o
Lo que tú estas tratando de decirme es….o
Déjame repetirlo con otras palabras.
De todas maneras esto es válido sólo en el caso en que el otro nos haya hablado pero qué podemos hacer cuando entramos en esa cadena de inferencias frente a lo que el otro no dijo cuando suponemos y no nos detenemos a corroborar nuestros pensamientos o nuestras interpretaciones?
En lugar de escuchar
lo que le dicen,
muchos gerentes solo escuchan
lo que ellos quieren escuchar.
Considero que esto podría disminuir si podemos evitar el automatismo de no detenernos a pensar acerca de lo qué estamos pensando.
En términos ontológicos estamos hablando de desarrollar mi capacidad de observar al observador que estoy siendo en cada oportunidad.
Siglos y siglos
y sólo en el presente ocurren los hechos.
Todas las cosas le suceden a uno,
precisamente ahora.
¿Para qué queremos desarrollar esta capacidad?
Para poder hacer cambios en conductas automáticas.
Para poder encontrar nuevas formas de ver las cosas que nos sean mas productivas.
Para poder elegir nuestros pensamientos y crear otra realidad con ellos que nos favorezca nuestros objetivos.
Para no quedarnos descolocados sin proponérnoslo.
Para mejorar nuestra comunicación y nuestras relaciones interpersonales.
Para tener resultados diferentes en nuestras vidas, a los que hemos estado teniendo.
Es la enfermedad de no escuchar
y el mal de no prestar atención,
lo que mas me aflige.
William Shakespeare.