Conversando con un Coach #654 «Pérdidas»

Un año antes de su muerte, Franz Kafka vivió una experiencia insólita. Paseando por el parque Steglitz, en Berlín, encontró a una niña llorando desconsolada porque había perdido su muñeca.
Kafka se ofreció a ayudar a buscarla y dispuso reunirse con ella al día siguiente en el mismo lugar.
Incapaz de encontrarla escribió una carta escrita por la muñeca y se la leyó cuando se reencontraron:
Por favor no me llores, he salido de viaje para ver el mundo. Te voy a escribir sobre mis aventuras.
Este fue el comienzo de muchas cartas.
Cuando él y la niña se reunían, él se las leía y estaban compuestas de aventuras imaginarias sobre la querida muñeca . La niña fue consolada. Cuando las reuniones llegaron a su fin, Kafka le regaló una muñeca.
Ella obviamente se veía diferente a la original.
Una carta adjunta explicaba: Mis viajes me han cambiado.
Muchos años más tarde, la niña ahora crecida, encontró un papel escondido en el ropaje de su muñeca.
La misma decía:
Es probable que pierdas algo que amas, pero al final, el amor volverá de una forma diferente.

Kafka y la Muñeca, la omnipresencia de la pérdida de May Benatar.

Cuando busco PÉRDIDA en el diccionario dice: ausencia o privación de lo que se poseía y creo que en esta definición se encuentra la clave del por qué siempre interpretamos las pérdidas como algo negativo.
En realidad qué es lo que poseemos?
Acaso no nos damos cuenta que estamos de paso por esta vida y que todo, lo que creemos que es nuestro, es simplemente prestado?

Que tus futuras alegrías
no maten el recuerdo…
Y que el recuerdo tampoco mate
tus futuras alegrías.

Entiendo que es muy difícil tener esta interpretación cuando se trata de nuestros seres queridos.
Dice Hellen Keller: Lo que una vez disfrutamos, nunca lo perdemos. Todo lo que amamos profundamente se convierte en parte de nosotros mismos.
Sin embargo no es este el tema al que me quiero referir hoy, sino al tema de las pérdidas en general. A todo eso que va y viene de nuestra vida en forma pasajera pero que nosotros queremos que sea para siempre.

Lo que importa
no es lo que la vida te hace,
sino lo que tú haces con eso.
Edgar Jackson

La pérdida de un amor, de un trabajo, de un amigo, de un dinero…
Desde mi mirada el sufrimiento empieza en el momento que creemos que alguien o algo nos quita lo poseído. Le peleamos a la vida por la pérdida sin poder ver el ámbito de posibilidades que se nos abre frente a lo ocurrido.
Aun cuando todavía nos queden momentos difíciles por vivir, cuando llegas a aceptar lo que pasó empieza a aparecer la fuerza en ti mismo para poder mirar al futuro con esperanza.

El que acepta sufrir,
sufrirá una parte de la vida;
el que no acepta sufrir,
sufrirá la vida entera.
Confucio

Cuántas cosas perdimos que, con el pasar del tiempo, agradecimos?
Cuántas oportunidades y posibilidades se abrieron para nosotros a partir de pérdidas y sufrimiento?
Perder no siempre es perder.
El sufrimiento si no se convierte en verdugo puede ser un gran maestro.

Cuando Dios te quita algo de tu mano,
no te está castigando,
sino simplemente abriéndola
para que recibas algo mejor.
La voluntad de Dios nunca te lleva
donde Su Gracia no te proteja.

El sufrimiento que no te mata, te hace más fuerte. Y sólo los que alguna vez sufrimos una pérdida muy importante aprendimos algo muy valioso y es que podemos sobrevivir. Conocimiento que no es menor ya que ese día aprendimos que recordar es el mejor modo de aprender a olvidar.
Ya lo vimos en la película de Disney Inside Out (Intensamente) que hace falta sentir tristeza para que, luego, pueda aparecer la alegría.

Es probable que pierdas algo que amas, pero al final, el amor volverá
de una forma diferente.

 

Publicado en 2015.

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