Hay una antigua costumbre, entre los que practican la religión judía, que antes de comenzar el año se presentan ante el rabino de su comunidad para hacer un rezo que se llama Anulación de Promesas y que tiene por intención anular esas promesas que hacemos sin querer pero que el otro escucha nuestro compromiso en ellas. De manera de entrar al nuevo año libre de las consecuencias que tienen las promesas sin cumplir.
Sostengo que no siempre estamos muy atentos a lo que decimos mientras hablamos con otras personas o con nosotros mismos y a veces, entiendo, nos comprometemos con cosas de una manera muy liviana que no se escucha como tal para el que el que está enfrente.
Entonces dónde vive la promesa?
En el que habla y livianamente dice que va a hacer cosas que ni registra?
O en el que escucha?
Prometemos según nuestras esperanzas y cumplimos según nuestros temores.
François De La Rochefoucauld
Desde una mirada ontológica decimos que las promesas viven en el que las escucha.
Y si pensamos en todos los resentimientos y broncas que guardamos veremos que detrás de cada una hay una promesa que no fue cumplida por otro y que generó ese malestar en nosotros.
La falta del cumplimiento de las promesas es, desde mi punto de vista, lo que genera mas sufrimiento en los seres humanos.
Antes de ofrecer debemos detenernos, pero después de haber ofrecido, cumplirlo.
Séneca
Acaso tenemos la intención de lastimar a alguien? Probablemente no. El tema pasa por nuestra manera de hablar con poco nivel de consciencia y en automático, donde muchas veces ni recordamos lo que dijimos o nos comprometimos.
El ejemplo mas común que me viene a la memoria es la cantidad de veces que en medio de una conversación alguien menciona algo que vio en Internet y frente a nuestro interés te dice: te mando el link.
Pero el link nunca llega.
Su intención es genuina y si se lo recordáramos nos lo mandaría. El punto pasa porque no lo vive como una promesa, sino algo que dijo al pasar pero crea una expectativa en el otro que no es cumplida.
Cómo se siente este al no recibirlo?
Qué emociones, y qué conversaciones se le disparan?
En las promesas almíbar y en el cumplimiento acíbar.
Tirso De Molina
Quizás podamos aprender de esta costumbre mencionada al principio y anular con nuestras relaciones mas queridas las promesas que sin querer no cumplimos.
Quizás podríamos ponernos como un objetivo de una vez por mes hablar de lo que el otro esperaba de nosotros y no pudimos cumplir.
Sin embargo lo que a mi me parece mas útil es ponerle un poco mas de conciencia a nuestra forma de hablar, estar mas atentos y al acecho de lo que estamos diciendo y pensar en la posibilidad de que esto sea escuchado como una promesa por el otro.
Las promesas podrán ser olvidadas por los gobernantes.
Pero nunca por el pueblo
que las escuchó.
Y te dejo una tarea para esta semana:
Observa en tus conversaciones contigo mismo cuantas promesas te haces que luego no recuerdas cumplirlas.
Y si tienes una conversación con alguien observa como la promesa esta invitada a la conversación desde la escucha.
Y si tienes ganas aun de profundizar mas: piensa en las consecuencias que has sufrido por promesas que nadie hizo pero que tu has escuchado.
Del dicho al hecho
hay un gran trecho.