Una joven que vivía en un pequeño poblado del interior del país no conocía las frutillas y quería saber cómo sería gustarlas.
Pasó horas en bibliotecas sumergida en libros que las describían, aprendió su forma de cultivarlas y cuidarlas pero esto no le alcanzaba para saber cómo era su gusto.
Le preguntó a muchas personas ¿cómo es el sabor de las frutillas? y recibió varias respuestas.
Es dulce, es ácida, es jugosa, pero esto no le alcanzaba para saber cómo era su gusto.
¿Dulce como los duraznos?
¿Ácida como el limón?
¿Jugosa como la naranja?
Su mente se pobló de toda clase de impresiones acerca de las frutillas, pero esto no le alcanzaba para saber cómo era su gusto; hasta que un día, su madre, le trajo un kilo de frutillas.
Las lavó con mucho cuidado y finalmente eligió la mas colorada y se la puso en su boca.
Y sintió la suavidad de su piel rompiéndose en la mordida, y sintió el exquisito jugo escurriéndose por su boca y su inmenso dulzor anidando en su paladar y pensó:
¡Asi que esto es una frutilla!! ¡Que rica!!!
Muchas veces queremos tener todos los conocimientos antes de pasar a la acción, sin darnos cuenta que la acción misma es la que nos puede completar todos los conocimientos que nos faltan.
Tenemos un proyecto in mente y nos preparamos para llevarlo a cabo. Sabemos que necesitamos conocimientos nuevos y los adquirimos pero en el momento de pasar a la acción nos parece que algo nos falta, entonces adquirimos nuevos conocimientos sin darnos cuenta que lo que nos falta es vivir la experiencia de hacerlo por primera vez.
No sólo actuamos de acuerdo a como somos
(y lo hacemos)
También somos de acuerdo a como actuamos.
La acción genera SER
Rafael Echeverría
Nuestras acciones no solo revelan como somos, sino que también nos permiten ser diferentes.
Pongamos por ejemplo cualquier deporte . El tenis por ejemplo
¿Podríamos aprender a jugar al tenis tan solo por mirar como los demás juegan?
¿Podríamos aprender a jugar al tenis tan solo leyendo un libro?
Ahora que si tomamos una raqueta y empezamos a practicar contra un frontón es posible que en poco tiempo hayamos aprendido las técnicas básicas del tenis.
«Si escuchas algo , puede que lo olvides.
Si ves algo, puede que lo recuerdes.
Si aprendes algo, puede que lo entiendas.
Pero si no quieres olvidártelo jamás
Necesitas pasar por el cuerpo, esa experiencia.»
¿Acaso podríamos olvidarnos cómo andar en bicicleta después de muchos años de no practicar?
¿Acaso alguien puede borrar de nuestro cuerpo la experiencia de haber hablado en público por primera vez?
Nosotros creemos que los hombres son sabios en proporción a su experiencia y no nos damos cuenta que lo son, respecto de su capacidad para tener experiencias y pasar a la acción.
Si pudiéramos vender nuestras experiencias
por lo que valen,
seríamos millonarios.
Abigail Van Buren
Si queres incrementar tu capacidad de éxito, duplica tus experiencias. Ellas son esa cosa maravillosa que te permite encontrarte de frente con el miedo que te impide hacer, para darte fuerzas para hacerlo igual .
Lo importante no es pensar mucho sino experimentar mucho, sólo la experiencia te completa los conocimientos. Cualquier programa de acción entraña riesgos y costas, pero éstos siempre son mucho menores, que los que entraña la comodidad.
La experiencia es el tipo más difícil de maestro
Primero te toma la prueba y luego te da la lección.
¿En que ámbito te falta pasar a la experiencia?
¿Qué es lo que te falta aprender de ella?
¿Qué precios pagas a diario por no pasar a la acción?
¿Qué haces importante cuando te negas a vivir una experiencia ?
Seguramente en el cajón de tus proyectos hay uno que duerme por temor a pasar a la acción
¿Por qué no haces que este día cuente para vos y te atrevés a experimentarlo ya?
La experiencia es el único camino
hacia el conocimiento.
GEORGE BERNARD SHAW