Recuerdo que un invierno mi padre necesitaba leña, así que buscó un árbol muerto y lo cortó. Pero luego, en la primavera, vio desolado que l tronco marchito de ese árbol, estaba brotando. Mi padre dijo: «Yo estaba seguro de que ese árbol estaba muerto. Había perdido todas sus hojas en el
invierno y sus ramas se quebraban y caían como si no le quedara al viejo tronco, ni una pizca de vida. Pero ahora me doy cuenta que estaba equivocado».
Y volviéndose hacia mí, me dijo: «¿Cuál sería la lección que esto nos deja?. Jamás cortes un árbol en invierno, le dije. A lo que él respondió:
Jamás tomes una decisión en tiempos adversos. No podes decidir sobre temas importantes cuando estés en tu peor momento. Espera. Sé paciente.
La tormenta pasará. Recuerda que la primavera siempre vuelve.»
Cuando leí este cuento en principio adherí al mensaje pero al volverlo a leer me pregunté:
¿Cuál es el mejor momento para tomar una decisión?
¿Qué lo hace un buen momento?
¿Cómo podemos saber que lo hace bueno?
¿No será que esperar «el momento» muchas veces nos puede llevar a postergar ?
Por un lado es una buena la idea no tomar decisiones en automático o como reaccionando a los sucesos, pero también considero que dada la gran habilidad que desarrollamos los seres humanos en postergar las cosas que nos resultan difíciles, también necesitamos ser cuidadosos con no demorarnos en la toma de decisiones.
Lo que cambiará tu vida no será el saber más… sino las decisiones que tomes
y las acciones que emprendas.
A. Robbins
Quizás la idea sería que, al revés del árbol pudiéramos tomar decisiones en frío (invierno). Porque en caliente muchas veces reaccionamos en lugar de darnos cuenta que tenemos la posibilidad de elegir qué hacer.
El paradigma cartesiano dice que los seres humanos estamos programados a reaccionar de una determinada manera frente a un estimulo determinado. Sin embargo el paradigma al que nosotros adherimos nos muestra que en cada momento podemos elegir nuestra reacción desde el pensamiento consciente.
«Cuando no es necesario tomar una decisión,
es necesario no tomar una decisión».
Lord Falkland
¿Te has observado en tu forma especial de decidir?
¿Te cuesta tomar decisiones difíciles?
¿Las postergas?
¿Te las sacas de encima rápidamente?
¿Decides algo y luego te arrepientes?
¿De repente eliges algo, después cambias de idea y al final no sabes que hacer?
¿Qué te dices en ese momento?
¿Confías en tu manera especial de tomar decisiones?
«Donde veas una empresa exitosa,
alguna vez alguien,
se animó a correr riesgos,
y tomar una decisión valiente»
Peter Drucker
Al observarnos, llevamos a la conciencia actividades que muchas veces nos resultan transparentes y automáticas.
¿Y para qué lo hacemos?
Justamente porque al poder quitarlas de lo automático e inconciente podemos intervenir en nuestra forma de ser y hacer.
¿Consideras que necesitas hacer algún cambio en tu forma de decidir, a partir de haber contestado las preguntas anteriores?
¿Por donde te parece que podría empezar ese cambio?
¿Cuáles serían las acciones que te llevarían a otros resultados?
Nadie sale de la vida vivo.
Te puedes morir en las gradas observando.
O en la cancha jugando.
Por qué no te arrimas al campo de juego,
Y empezas a jugar?