Un hombre que regularmente asistía a las reuniones de un grupo, sin ningún aviso dejó de participar de sus actividades.
Después de algún tiempo, el líder de aquel grupo decidió visitarlo en su casa.
Era una noche muy fría. Lo encontró en casa, solo, sentado delante de la chimenea donde ardía un fuego brillante.
Adivinando la razón de la visita, el hombre lo invitó a sentarse frente a la chimenea y se quedó esperando. Se hizo un gran silencio.
Los dos hombres solo contemplaban la danza de las llamas en torno de los troncos de leña que ardían.
Al cabo de unos minutos el líder seleccionó cuidadosamente una de las brasas que ardían y la empujó hacia un lado. Volvió a su asiento y esperó en silencio. Al poco rato, la llama de la brasa solitaria disminuyó su brillo hasta que se apagó.
En poco tiempo lo que antes era una fiesta de luz pasó a ser un pedazo de carbón muerto recubierto de una espesa capa de ceniza grisácea.
NInguna palabra había sido dicha por ambos.
El líder, antes de irse, puso nuevamente al carbón en el medio del fuego. Casi inmediatamente se volvió a encender alimentado por las llamas de los carbones ardientes en torno a él.
Mientras el líder se retiraba el hombre le agradeció por su visita y por la profunda enseñanza, mientras le aseguraba que participaría de la próxima reunión del grupo.
Podemos distinguir entre el hecho de estar solo y la sensación de sentirse solo.
Frente al hecho de estar solo podemos accionar en dirección a algo que nos lleve a estar acompañados como ser un grupo, un club, un curso o cualquier otra posibilidad que encuentres, sin embargo sostengo que la sensación de sentirse solo puede ser algo bastante difícil de cambiar. Porque muchas veces esa sensación solo esta relacionada con la conversación interna que tengo de los sucesos que están pasando y de como yo me veo con respecto a ellos. Por lo general tiene que ver con enfocarme en lo que falta y no en lo que puedo.
Un buen amigo es como un trébol de cuatro hojas:
Difícil de encontrar y una gran suerte tenerlo.
Es interesante observar la parábola del cuento del inicio que muestra cómo nos apagamos cuando nos quedamos solos y como podemos prendernos al estar en compañía
Sin embargo al conversar con gente que se siente sola por lo general la vemos paralizada y pensando que no existen posibilidades para ella y encontrando al aislamiento como única alternativa.
Quizás algunos se sientan solos porque no tienen pareja o amigos pero esto no quiere decir que estén solos. Sin embargo esa sensación nubla cualquier elección.
El sentimiento de libertad es un acto puramente interior,
de la misma manera que lo es el sentimiento de soledad.
¿Reconoces a este sentimiento como tuyo?
¿En qué momentos aparece?
¿Con que tiene que ver en tu caso?
¿Qué te dice tu conversación interna al respecto?
¿Cómo podrías cambiar la mirada?
¿Qué alternativas no estas mirando?
¿Qué alternativas podes crear?
¿Cómo podrías pedir ayuda? ¿A quién?
¿Qué es lo que no haces que te ancla en esa sensación?
¿Cómo podrías ser mas efectivo para sentirte mejor?
«Nuestra era de soledades,
en gran medida, es el resultado de intentar hacer el trabajo de hoy
con las herramientas de ayer.»
Vivimos en una época y en una sociedad que favorecen la soledad y el aislamiento. Las relaciones se han complicado al punto de tener que hacer un master en relaciones humanas para entender a un amigo y la tendencia del trabajo es que cada vez sea mas solitario y aislado.
Sin embargo no quiero perder la reflexión que podemos extraer del cuento del principio
A los miembros de un grupo vale recordarles que ellos son la llama y que lejos del grupo pueden perder parte de su brillo y hasta apagarse totalmente.
A los líderes vale recordarles que ellos son responsables por mantener encendida la lama de cada uno de sus miembros y por promover la unión entre todos ellos, para que el fuego sea realmente fuerte, eficaz y duradero.
Cualquiera puede conocer y enfocarse en sus debilidades
Pero se requiere de mucho valor para descubrir
y enfocarse en nuestras fortalezas.