Un joven discípulo llega a casa de su Maestro y le dice: vengo a contarte lo que dicen de tí…..
Espera !! Lo interrumpe el sabio ¿Ya has hecho pasar lo que vas a contarme por las tres rejas ?
¿Las tres rejas?¿A qué te refieres?
La primera muestra la diferencia entre hecho y opinión ¿Estás seguro que lo que vas a contarme ha sucedido o es la opinión de alguien?
– No puedo decirte que haya ocurrido. Lo oí comentar a tus vecinos.
Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja que es la bondad. Eso que vas a decirme ¿es bueno para alguien?
-No en realidad , no. Todo lo contrario
Ah!! Vaya . La última reja es la del crecimiento.
¿Servirá lo que vas a decirme como un espacio de aprendizaje para que yo crezca? -A decir verdad: NOEntonces dijo el Maestro sonriendo: Si solo es un juicio, si aparte es negativo, si no está fundado en un hecho real y además tampoco me va a servir para crecer:
¿Qué sentido tiene que le destinemos tiempo y energía? Olvidémoslo.
El mundo emocional surge frente a la interpretación que hacemos de lo que pasa. Las emociones nos asaltan a partir de los juicios u opiniones que hacemos de los hechos que ocurren y lo que genera dependencia o independencia emocional surge a partir del impacto que esos juicios tengan en nuestra forma de ser.
Necesitamos hacernos cargo del mundo emocional que transitamos ya que él es el que nos predispone a la acción. No ve el mundo de la misma manera alguien que transita una depresión que alguien que está entusiasmado. Ambas posturas son sostenidas por una cadena de juicios y opiniones que tenemos de cómo se nos presenta el mundo.
Estas cadenas de juicios son las que sostienen ese estado emocional . Nosotros podemos intervenir en ellas cambiando los juicios que las sustentan.
La emoción que sientes
no existe por si sola
Sino por la explicación
que tu le das.
Algunos viven dándole valor a los juicios ajenos sin estar en contacto con la propia forma de ver las cosas sin darse cuenta de qué manera entregan al otro su poder personal y su valía para luego perder su autoestima a partir de las opiniones que los demás emiten.
El dolor es biológico
y por lo tanto inevitable,
en cambio el sufrimiento
vive en nuestra conversación
y es opcional.
M. KATHLEEN CASEY.
Algunos viven las opiniones y los juicios ajenos como si fueran hechos verdaderos sin darse cuenta que sólo son interpretaciones y que hablan mas de las persona que los emite que de si mismo. Transitando de esta manera espacios de rigidez y confrontación que sólo lo conducen a enfocarse en tener razón y no darle la importancia que merece la relación.
Los sentimientos no son emociones que te suceden.
Los sentimientos son reacciones
que eliges tener,
y ellas aparecen en tu cuerpo
como reacciones físicas
a los pensamientos.
Dr. DYER.
Algunos viven sin distinguir la diferencia entre juicios fundados e infundados. Consideramos que un juicio se funda con hechos en lugar de con interpretaciones o juicios. Cuando vivimos desde este lugar la sensación que tenemos es la de víctima. Nos quedamos paralizados. Todo parece estar en contra nuestro. Hacemos importantes las explicaciones y las circunstancias, nos resentimos con la vida y nos falta espacio de responsabilidad para diseñar nuestro futuro.
Romperás el hábito de preocuparte
el día que decidas que puedes enfrentar y dominar lo peor
que pueda ocurrir.
ARNOLD GLASGOW
¿En qué áreas de tu vida te encuentras bloqueado o estancado sin saber que hacer?
¿En qué dominios de tu vida no estás eligiendo y te quedas con lo que te toca?
El estado de ánimo que transitamos cuando no elegimos es de impotencia, bronca, resentimiento, inseguridad, desvalorización, sometimiento. Nos sentimos sin poder
Pero el PODER dónde está?
El PODER PERSONAL reside en la independencia emocional que puedas generar.
Hay veces que la vida no te muestra opciones pero dentro tuyo tú puedes elegir tus interpretaciones , cómo sentirte y cuánto tiempo sentirte así.
A la vida le da igual, ella sigue su curso, es a ti al que no le da lo mismo.
No puedes evitar
que aves de tristeza vuelen
sobre tu cabeza;
pero sí puedes evitar
que aniden en tu pelo
Proverbio Chino