Una psicóloga, en una sesión grupal, levantó un vaso de agua.
Todo el mundo esperaba la pregunta:
¿Está medio lleno o medio vacío?, sin embargo, ella preguntó: – ¿Cuánto pesa este vaso?
Las respuestas variaron.
Pero la psicóloga agregó:
– No es importante el peso absoluto, todo va a depender del tiempo que lo sostenga.
Si lo sostengo un rato, no habrá problema, si lo sostengo una hora, el brazo me dolerá.
El peso del vaso será siendo el mismo, pero cuanto más tiempo lo sujete… se tornará más pesado y difícil de soportar.
Qué es lo que sostenemos habitualmente?
Relaciones que no funcionan, rencores, dolores, problemas, preocupaciones, emociones negativas…
Y puedes ver que cuanto mas tiempo la sostenemos mas pesan?
Y para qué lo hacemos?
Por lo general por que pensamos que cuanto mas tiempo nos enfoquemos en ellos mas fácil nos resultará resolverlos y en la vida funciona completamente de manera opuesta.
Pilar Sordo plantea que «las mujeres están diseñadas para retener»: retenemos más líquido, sufrimos de mayor estreñimiento; somos malas para tirar cosas, guardamos todo por si acaso…»
En cambio, los hombres son más de soltar: «Pasan más rápido de un conflicto a otro. Avanzan en el tiempo, no están estructurados para detenerse.
Por lo tanto, pueden tener pareja mucho más rápido que las mujeres después de que terminan una relación y son más rápidos para perdonar después de una discusión.
Quizás digas: Si ya me di cuenta, pero como soltar?
Considero que soltar es un concepto nuevo, que no pertenece al paradigma de educación que hemos recibido.
Creo que nos han enseñado a quedarnos entrampados, como si la persistencia en ciertos ámbitos fuera una solución. Y si bien considero que es una habilidad digna de desarrollar también pienso que tenemos que ser maduros emocionalmente para reconocer la diferencia y no quedarnos atrapados en situaciones que ya no tienen sentido para nosotros y nos mantienen lejos de nuestros objetivos.
Es difícil soltar las cosas que amamos
pero me pregunto:
Es que «esas cosas» nos continúan amando?
Soltar no significa estar de acuerdo con lo que está pasando.
Ni significa dejar de darle valor a lo ocurrido.
Tampoco olvidar.
Desde mi punto de vista soltar es dejar de cargar con nuestro pasado, ese que nos pesa y nos detiene.
Soltar es elegir dejar de sufrir.
Es aceptar que no hay nada mas que yo pueda hacer.
Y que muchas veces no depende de mi la solución.
Soltar para poder sentirme libre otra vez, especialmente de poder elegir y de hacer nuevas y mejores elecciones.
Soltar también es darme permiso muchas veces a volver a empezar, quizás por otro camino esta vez.
Soltar puede ser también tener las manos abiertas para recibir algo nuevo
Soltar es dejar ir y ponerme en acción…
Finalmente si no sueltas el pasado con que mano piensas agarrar el futuro?
Así como necesitamos soltar la niñez
para llegar a la madurez.
Necesitamos soltar la tristeza
para que llegue la alegría.
Necesitamos soltar el sufrimiento y el dolor
para que llegue la paz a nuestro espíritu.Siempre habrá un mañana.
Cuando no suelto soy yo la que me pongo en una celda y dejo la llave afuera.
Soy yo la que tomo el veneno todos los días esperando que le haga efecto al otro.
Soy yo la que me quedo sin alternativas.
Cuando aprendo a soltar amanece cada mañana siendo realmente un nuevo día y una nueva oportunidad.
En este momento elijo dejar aquí
todo lo que me hace daño.
Es tiempo de fluir, de dejar ir,
de perdonarme a mi mismo…
Es hora de levar anclas, de liberar y soltar.
Elijo la aceptación.
Ya es hora de relajarme.
Ahora voy a soltar y confiar mas en Dios.