Cuenta la leyenda que un Rey vivía siempre triste y de esa misma manera murió.
Por eso cuando su hijo le sucedió en el trono se propuso hacer cuanto estuviera a su alcance para ser un Rey alegre y entusiasta, un Rey feliz.
Para ello mandó instalar una campana de plata en la torre mes alta de su palacio de manera que esta estuviese comunicada con todas sus habitaciones para que él la hiciera sonar cada vez que se sintiera feliz.
Cuenta la historia que los años fueron pasando y la campana nunca sonó. Y así, implacable, transcurrió el tiempo. Y cuando llegó la hora de su muerte, el pueblo percibió la perdida de un ser querido. Rodeó el palacio para llorar por su amado Rey.
¿Que sonido es este que escucho? – pregunto el Rey a una fiel servidora .
‘Querido Rey, es todo el pueblo que está llorando por ti’.
Sintiéndose tan querido, el monarca hizo sonar por primera vez la vieja campana para anunciar en el palacio y a todo el pueblo la dicha de sentirse querido.
Pero su vida se estaba acabando y era tarde para disfrutar .
Cuando leí este cuento sentí pena por las personas a las que les resulta difícil conectarse con la alegría de estar vivo, el entusiasmo por los logros concretados y la capacidad de disfrutar y celebrar frente a los mismos.
Muchas veces relacionamos la alegría y el entusiasmo con nuestra capacidad de tener y no nos damos cuenta que el verdadero lugar donde moran es en nuestro ser .
En la posibilidad de lo que estamos siendo y haciendo.
¿Como vamos a hacer sonar en nuestra vida la campana de la felicidad si está ausente este sentimiento natural interno de plenitud, ese fuego del Amor que lleva precisamente a compartir lo que uno este sintiendo?
«La grandeza de una persona
se puede manifestar en sus grandes momentos, pero se forma en sus instantes cotidianos.»
Phillis Brooks
A veces percibo que para disfrutar o celebrar, la gente necesita que le pasen grandes cosas, sin darse cuenta que lo importante es encontrar el disfrute en esas pequeñas cosas de cada momento.
¿Tienes unos minutos para reconocerte a diario por tus avances?
¿Destinas un momento cada día para celebrar internamente las posibilidades que tu vida tiene?
¿Reconoces el ser especial que eres que te distingue de los demás?
¿Aprendiste a compartir con tus seres queridos los pequeños grandes momentos de tu vida y celebrarlos?
A veces lo único que necesitamos hacer
es sacar el foco de lo que no nos pasa
y ponérselo a lo que si.
Por eso hoy quiero compartir con vos algo maravilloso que me está ocurriendo y quiero hacer sonar las campanas de todo mi reino que finalmente también es el tuyo.
Quiero compartir mi felicidad y disfrutar juntos de un nuevo logro del Instituto de Capacitación del Coach, el cual dirijo desde 1999.
Quiero en esta oportunidad agradecer a la Gente del Grupo Seres de Querétaro con el cual hemos abierto una rama de nuestro querido ICC en México. Comenzando la primera certificación de Coaches con el Programa Anual «Un Camino hacia los Objetivos» con muchísimo éxito. A todos los que hicieron esto posible Muchas Gracias
«El destino de los hombres está hecho
de momentos felices,
toda la vida los tiene.
El problema es que
para disfrutarlos y festejarlos
a veces solo esperamos épocas felices.»
Friedrich Nietzsche
La palabra entusiasmo significa tener un Dios adentro
El entusiasmo no es una cualidad que se construye o se desarrolla. Es un estado de fe, de afirmación de si mismo.
Creo que la persona entusiasta es aquella que cree en su capacidad de hacer cambios e innovar, cree en si misma, cree en los demás, cree en la fuerza que tiene para transformar las cosas y su propia realidad.
Está impulsada a actuar en el mundo movida por la fuerza del sentido de sus acciones.
El entusiasmo nos da una nueva visión de la vida.
Considero que sólo hay una manera de ser entusiasta y es actuando con entusiasmo.
Así que actúa con entusiasmo y tendrás entusiasmo.
Esta celebración también es tuya así que te invito a disfrutarla juntos para que te inspire y te motive.
Tú también puedes tener logros extraordinarios si sólo empiezas a enfocarte en los pequeños logros que tienes cada día.
Cuando menos lo esperamos,
la vida nos coloca delante un desafío
que pone a prueba
nuestro coraje
y nuestra voluntad de cambio.
La razón teme la derrota,
pero la intuición disfruta la vida
y sus desafíos.
Paulo Coelho