Cuando el prometedor jugador de fútbol Julio Iglesias tuvo un terrible accidente de automóvil pensó que su vida había terminado.
Después de 14 horas de cirugía quedó paralizado. Los médicos pronosticaron que nunca más caminaría
Sin embargo tuvo un extraordinario período de recuperación que duró tres años, durante el cual aprendió a lidiar contra su depresión, ocupándose en sacar algunos acordes de una guitarra que le había regalado el asistente de uno de los médicos.
Dado que no pudo jugar mas al fútbol continuó tocando su guitarra, y se concentró en la música y terminó por convertirse en uno de los cantantes de mayor éxito en el mundo.
¿Puedes ver al final del camino que ese sufrimiento tenía un sentido?
Recuerdo algunas situaciones dramáticas de mi vida y cómo con el tiempo resultaron ser excelentes oportunidades de crecimiento y posibilidad de que aparecieran partes mías, que de no ser por ellas no hubieran aparecido.
Considero que nuestra vida es producto de las experiencias que han ido moldeándonos, convirtiéndonos en lo que hoy somos.
Sostengo que las experiencias malas, incluyendo los errores o las derrotas temporales, son simplemente oportunidades que la vida nos da para mostrarnos un nuevo camino.
“Ninguna persona madura
sin tener una gran crisis en su vida.»
Estamos dispuestos a cambiar o nos quedamos aferrados a lo que ya no puede ser?
Estamos abiertos a lo nuevo o nos quedamos llorando por lo conocido que se terminó?
Podemos ver dentro de la crisis nuestra oportunidad?
Tenemos la paciencia necesaria para encontrar el sentido de las cosas que no nos gustan?
Aprendimos a resurgir dentro de nuestras cenizas como el Ave Fénix?
El enemigo que tiene problemas internos
está maduro para ser conquistado.
Sun Zi. El arte de la guerra
Hacía falta tanta pérdida para que yo me encuentre?
Hacía falta tanto dolor para que yo aparezca?
Hacía falta tanto sufrimiento para que yo surgiera?
Durante muchos años estas preguntas daban vuelta por mi cabeza.
Hoy y ya parada en otro lugar no cambiaría uno solo de esos momentos terribles por la persona en que me convertí.
Hoy me digo: Hizo falta mucho fuego, pero así se templó mi acero.
Lo que parece la peor tragedia de tu vida
Tu y sólo tú eres capaz de transformarla
en lo mejor que podría haberte pasado.
Sólo se trata de que puedas empezar a verlo así
y actues en consecuencia.