¿Te ves envuelto frecuentemente en discusiones?
¿Te arrepientes por haber tenido reacciones desmedidas?
¿Vives los errores ajenos como de vida o muerte?
¿Te tomas las cosas en forma personal?
¿Te ves a menudo protestando mientras manejas?
¿Te cuesta enfocarte en el lado bueno de lo inesperado?
¿Te ves a vos mismo defendiendo tu punto de vista y queriendo tener razón?
¿Te gusta tener la última palabra?
¿No te gusta que la gente no acuerde contigo enseguida?
¿Te preocupas por las pequeñas cosas de la vida?
¿Te desesperas cuando las cosas no salen como las has planeado?
Querido lector si has contestado solo a una de estas preguntas que sí considero que necesitas aprender a elegir tus batallas.
¿Qué quiero decir con esto?
Considero que en cada discusión, en cada reacción desmedida, en cada queja, en cada preocupación o en cada desesperación se va un poco de nuestra vida, perdemos un poco de nuestro tiempo e indudablemente se drena nuestra energía.
Nos ponemos en una vibración negativa que, desde mi mirada, lo único que hace es que se empeoren las cosas.
«No cabe duda
de que hay ciertas fuerzas
que tratarán de influir sobre ti
y sobre tus decisiones,
pero solamente tú tienes el poder para elegir correctamente».
Me gustaría mostrarte que en cada situación tienes la posibilidad de elegir como reaccionar.
Y elegir te llena de poder personal, porque no son los demás , ni las circunstancias las que eligen por ti. Sino que tu a cada momento eliges cuáles son las batallas que son dignas de pelear . Y las que no las dejas pasar de largo, pero no porque seas débil o no quieras enfrentarlas sino porque consideras que no son suficientemente importantes para hacerte cargo de ellas.
Se puede ganar la guerra
sin librar una sola batalla.
Sun Zi. El arte de la guerra.
¿Has visto cuántas relaciones se resienten en discusiones banales?
¿Te das cuenta de qué humor llegas a tu trabajo si el tráfico estaba imposible?
¿Viste como queda resentida gente que quieres, después de tus reacciones exageradas?
Y todo para qué?
Yo sé que crees que lo haces sin pensar, que reaccionar es mas fuerte que vos mismo, que la gente aprieta tus botones y no te queda otra.
Pero yo te digo que tu puedes elegir y que elegir te va a llenar de un poder personal impresionante porque podrás darte cuenta que ya no serás mas esclavo de lo que te sucede sino que serás el generador de tus resultados.
El príncipe al maestro- Por favor, acéptame como tu discípulo.
-¿Cómo elige un hombre su camino? -preguntó el maestro.
-A través del sacrificio -contestó el príncipe.-Un camino que exija sacrificio, es el camino verdadero.
El maestro golpeó unas estanterías. Un jarrón precioso cayó, y el príncipe se lanzó a agarrarlo. Cayó mal y se rompió un brazo, pero consiguió salvar el jarrón.
-¿Qué camino es el de mayor sacrificio?: ver el jarrón hacerse añicos, o romperse un brazo para salvarlo? -preguntó el maestro.
-No lo sé -dijo el príncipe.
-Entonces, ¿cómo puedes guiarte por el sacrificio?
-El camino se elige por tu capacidad de amarlo, no de sufrir por él.Dijo el Dalai Lama: Si dudas entres dos
caminos, elije el que te haría más feliz.