A dos grupos de personas se les hizo la misma
pregunta.
El primer grupo contestó así:
Arquitecto: Tener proyectos que me permitan
ganar mucho dinero.
Ingeniero: Desarrollar sistemas que sean útiles y
muy bien pagados.
Abogado: Tener muchos casos que dejen buenas
ganancias y tener un BMW.
Médico: Tener muchos pacientes y poder
comprar una casa grande y bonita.
Gerente: Tener la empresa en niveles de ganancia
altos y crecientes.
Atleta: Ganar fama y reconocimiento mundial,
para estar bien pagado.El segundo grupo contestó lo siguiente:
Preso de por vida: Caminar libre por las calles.
Ciego: Ver la luz del sol y a la gente que quiero.
Sordo Mudo: Escuchar el sonido del viento y
poder decir a las personas cuánto las amo.
Inválido: Correr en una mañana soleada.
Persona con una enfermedad terminal: Poder
vivir un día más.
Huérfano: Poder tener una mamá, un papá,
hermanos y familia.«La conclusión a la que se llegó es que no
podemos medir nuestra riqueza por el dinero
que poseemos, sino por aquellas cosas
que no cambiaríamos por dinero».
Filosofía barata, dirás, sin embargo pienso que no nos viene mal de vez en cuando pensar en ciertas cosas que damos por obvio que siempre tendremos.
Y si bien todos relacionamos la riqueza con posesiones o con dinero a veces necesitamos pensar en todo lo que si tenemos y ni nos damos cuenta.
¿Estamos conscientes a diario de que, gracias a Dios, no pertenecemos al segundo grupo?
¿Reconocemos la importancia de todas las personas que nos quieren cuando nos quejamos porque las cosas no son como nos gustaría?
La riqueza consiste mucho más
en el disfrute,
que en la posesión.
ARISTÓTELES
Nos quejamos de las crisis, del aumento del costo de vida, de lo difícil que está todo.
¿Le dedicamos el mismo tiempo a la queja que al reconocimiento?
¿Te has dado cuenta que las cosas viven en el reconocimiento?
¿De qué sirve un logro si no lo reconoces, lo disfrutas y lo celebras? Algo que te costó mucho conseguir desaparece en un abrir y cerrar de ojos sin reconocimiento.
El que no considera lo que tiene
como la riqueza más grande,
es desdichado,
aunque sea dueño del mundo.
Epicuro
Desde la postura ontológica también pensamos que la riqueza es una conversación que se enfoca en todo lo que tenemos en lugar de en todo lo que nos falta.
Y con esto no quiero decir que apagamos el espíritu de superación, las ganas de ir por mas o la ambición sino simplemente que nos consideramos ricos a partir de reconocer nuestras verdaderas riquezas, aquellas que no se compran con dinero.
Chun Sui , un sabio Maestro Zen un día se dijo:
Has estado durmiendo varios inviernos, como si fueras una mariposa.
Despierta!!!!
Es hora que te des cuenta si sos una mariposa o el Maestro Chun Sui.