¿Cuál es tu actitud cuando:
Un auto te encierra en la calle….?
Con el mozo del restaurante cuando no te atiende como a vos te gustaría…?
Cuando estás en la cola del banco y alguien se pone delante tuyo sin pedirte permiso…?
Alguien habla en voz alta durante una película en el cine o en el teatro…?
Cuando alguien te saca el lugar que estabas esperando para estacionar…?
El mozo atiende antes a las personas que llegaron después de vos….?
Hay cuatro ventanillas en el banco pero solo una persona atendiendo…?Y en la oficina cuando:
Tu empleado entendió mal tus palabras…?
Las cosas no están listas a tiempo…?
Fueron a hacer un trámite y tardaron mas de lo acostumbrado…?
Llegó la mitad de lo pedido…?
se cortó una comunicación importante…?
Se colgó el sistema…?
Llamas a tu secretaria y no contesta….?
Cualquiera de estas circunstancias son capaces de arruinarle el día a muchas personas.
¿Te parece que tiene sentido?
Cuando lo ves a la distancia tenes claro que no, pero en ese momento el impulso es tan fuerte y no podes dejar de enojarte y a veces de criticar y juzgar y, a veces, empiezas y no paras, como si entraras en una escalada difícil de evitar.
Nos pasa a todos en menor o mayor medida y para cada uno son diferentes los disparadores.
¿Vos conoces los tuyos?
¿Sabes cuáles son las actitudes del otro que disparan tus botones?
¿Qué es lo que no te deja pensar y te impulsa al enojo?
¿Sabes cuáles son las circunstancias que «te meten» en ese estado de ánimo difícil de cambiar?
¿Para qué haces tan importante cosas banales?
El mayor azote de la vida moderna
es tener que dar importancia,
a las cosas que, en realidad no la tienen.
Tagore
Quizás ahora y a simple vista solo recuerdes unos pocos momentos como estos, pero te invito a anotarlos y cuando te sucedan ir agregándolos a tu lista de manera de poder ir tomando contacto con ellos.
Y luego dependerá de vos lo que quieras hacer, pero indudablemente puedes trabajar con ella.
El tema es que cuando nos acostumbramos a enojarnos con las pequeñas cosas nos empezamos a hacer problemas por pavadas y nuestro estado de ánimo cambia y a veces ni nos damos cuenta y estamos de mal humor y ni siquiera somos concientes por qué.
Lo importante es lo que yo hago
frente a lo que está pasando.
Desde las antiguas escrituras nos llega un mensaje que dice:
«Sentite bien y estarás bien».
Entonces pareciera que es nuestra responsabilidad hacer todo lo que esté en nuestras manos para sentirnos bien y no dejar que pequeñas cosas nos arruinen el día.
Aunque no lo creas esto puede ser un trabajo de día completo para algunas personas que encuentran, por lo general, una buena excusa para sentirse mal.
La clave es que puedas aparecer entre la circunstancia y la reacción con un pensamiento que guíe tu acción.
«No importa lo rápido que gire el carrusel,
si recuerdas por qué subiste,
disfrutarás más la vuelta»
M.Rogers
Algunos tips que te pueden ayudar a encontrar esos pensamientos podrían ser:
Anotar cada vez que algo «te saca» para ir teniendo un registro. Verás que como lo tienes que anotar cada vez tienes mas tiempo de pensar en tu reacción
Tener una gomita en tu muñeca y antes de reaccionar tocar esa gomita
Mirar la hora en tu reloj antes de reaccionar y esperar a que pasen tres segundos antes de hablar
Aceptar que no depende de vos cambiar las circunstancias
Pensar qué podes hacer con lo que está pasando
Sonreír y decirte a vos mismo: Esta vez elijo ser feliz.
Ante una cerradura, lo que nos importa no es la cerradura «en sí»,
su naturaleza y constitución intrínseca,
sino únicamente hacernos con la llave que la abre.
Von Glasersfeld