Me concedo a mi mismo el permiso de hacer lo que me gusta, en vez de hacer lo que los demás esperan de mi.
Me concedo a mí mismo el permiso de ser quien soy, en lugar de hacer importante lo que otro piensa que yo debería ser.
Me concedo a mí mismo el permiso de sentir lo que siento, en vez de sentir
lo que otros sentirían en mi lugar.
Me concedo a mí mismo el permiso de pensar lo que quiero.
Me concedo a mí mismo el permiso de decir lo que pienso, si quiero, o de callármelo, si es que así me conviene.
Me concedo a mí mismo el permiso de correr los riesgos que yo decida correr,
con la única condición de aceptar pagar yo mismo los precios de los mismos.
Me concedo a mí mismo el permiso de buscar lo que yo creo que necesito
del mundo, en lugar de esperar que alguien más me dé el permiso para obtenerloEstos permisos esenciales condicionan nuestra forma de ser y ser persona es el único camino para volverse autodependiente.
Estos permisos me permiten finalmente ser auténticamente quien soy.
El camino de la autodependencia es el camino de hacerme cargo de mí mismo.
Versión libre de un texto de Jorge Bucay
¿A quién pertenecen las voces internas que te dan permisos en la vida?
¿Para qué tenes permisos y para qué no?
¿Sos de las personas que anda por la vida pidiendo permiso para hacer algo?
¿Estás a cargo de tus permisos o has empoderado a otros?
Una vez tuve una asistente que al entrar a mi oficina, la cual siempre tenía su puerta abierta, decía «Permiso, perdón, disculpe ¿Puedo entrar?» y creo que esa fue una de las causas por las que trabajó tan poco tiempo conmigo.
Esa frase de cabecera la repetía a cada momento, en cada lugar y con cada cosa.
Mas allá de la educación que se requiere para entrar a una oficina ajena ¿qué te parece que dice de ella esa frase?
«Un anciano peregrino recorría su camino hacia las montañas del Himalaya
en lo más crudo del invierno.
De pronto, se puso a llover.
Un posadero le preguntó: ¿ Cómo has conseguido llegar hasta aquí
con este tiempo de perros, buen hombre?
Y el anciano respondió alegremente: Mi corazón llegó primero,
y al resto de mí le ha sido fácil seguirle».
Anthony De Mello
Cómo te ves a vos mismo en lo relacionado a los permisos?
¿Te sentís libre o estás condicionado a ellos?
Entiendo que para vivir en una sociedad organizada hay algunas cosas que están permitidas y otras no. Pero ya te habrás dado cuenta que no estoy hablando de eso.
Me refiero simplemente a lo que es obvio para algunos y para otros requiere un pedido de permiso o un sentimiento que te deje ser o hacer
El cuento habla de autodependencia y dice que la misma tiene que ver con hacerse cargo y yo diría que es con estar a cargo.
Estar a cargo de mis pensamientos, de mis acciones, de lo que digo y de lo que callo, en fin saber que soy yo y sólo yo el que estoy a cargo de mi vida.
El ave canta, aunque la rama cruja,
porque conoce lo que son sus alas.
Reconociendo que lo que en ella me pase , tiene que ver especialmente conmigo.
Sin culpar a personas o circunstancias de lo que no está pasando y desde mi mirada debería pasar.
Cuando te sentís a cargo es otra la actitud que tienes y es otra tu manera de vivir y enfrentar lo que te pasa
Cuando sos vos el que te da los permisos, te sientes libre y no dependiente de los demás.
«Muchos hay que no conocen su debilidad,
pero otros tantos hay que no conocen su fuerza.»
¿En qué áreas te sientes dependiente?
¿De qué o quiénes lo sientes?
¿Para qué tienes que pedir permiso?
¿A quién tienes que pedirlo?
¿Cómo te sientes con eso?
¿Cuánto tiempo hace que se mantiene esta situación?
¿Hasta cuando vas a esperar para interrumpirla?
¿Qué tiene que pasar?
Vos sos el mago
y sólo vos podes producir magia en tu vida.