#194 El sonido del silencio

Un rey mando a su hijo a estudiar al templo de un gran maestro, con el objetivo de prepararlo para que fuese un gran lider.
Cuando el príncipe llego al templo, el maestro lo mando solo al bosque. El tendría que regresar un año despues, con la tarea de describir todos los sonidos del bosque.
Cuando el príncipe regreso, al cabo de un año, el maestro le pidio que describiera todos los sonidos que había podido oír.
Entonces dijo el príncipe: «Maestro, pude oír el canto de los pajaros, el centelleo de las hojas, el revoloteo de los picaflores, la brisa acariciando las hierbas, el zumbido de las abejas y el sonido del viento surcando los cielos».
Al terminar su relato, el maestro le pidio que regresara al bosque para seguir oyendo. Aun no habia podido oir lo importante.
Intrigado, el príncipe obedecio la orden, pensando: «No entiendo, yo creo haber escuchado todo…»
Paso días y noches enteras en soledad, oyendo, oyendo y oyendo… pero no
consiguio distinguir nada nuevo, ademas de aquello que ya le había dicho al
maestro.
Sin embargo, una mañana, en que logro una sintonia especial con la naturaleza comenzo a distinguir sonidos nuevos, diferentes a todo lo que había oido antes. Y cuanta mas atencion prestaba, los sonidos se volvían mas claros.
Una sensacion de encanto envolvio al muchacho.
Penso: «Esos deben ser los sonidos que el maestro quería que oyera…»
Cuando volvio al templo, el maestro le pregunto que mas había podido oír.
Paciente y respetuosamente el príncipe le dijo:
«Maestro, cuando preste atencion pude oir el inaudible sonido de las flores
abriendose, el sonido del sol saliendo y calentando la tierra y el de las hierbas bebiendo el rocío de la noche…»
El maestro sonriendo, asintio con la cabeza en señal de aprobacion, y dijo:
«Oír lo inaudible es tener la calma necesaria para convertirse en un gran
ser humano.

Recien cuando aprendemos a oír el corazon de las personas, sus sentimientos mudos, sus miedos no confesados y sus quejas silenciosas, comenzamos realmente a comunicarnos con el otro. Necesitamos escuchar lo inaudible. Lo que el otro dice sin decir. Lo que las personas intentan comunicarnos pero no encuentra las palabras, ni la corporalidad ni la emocion que le ayude a transmitir lo que quieren decirnos.

Debemos obsesionarnos con la escucha
ya que gran parte de la problematica que el top management declara tener
tiene que ver con que no escucha a sus subordinados
o no escucha las señales del mercado
Tom Peters

Una buena comunicacion no tiene que ver con esperar un espacio en la conversacion del otro para decir lo que queremos decir. Una buena comunicacion tiene que ver con la posibilidad de haber desarrollado nuestra competencia de escuchar. Interrumpir lo que el otro esta diciendo es una buena manera de interrumpir nuestra escucha, por lo tanto si queremos ser buenos escuchadores necesitamos dejar de hablar tanto y escuchar mas.
Esta competencia se desarrolla estando muy presente y enfocado en lo que esta pasando en el aqui y ahora, casi diria yo sin estar pensando a la vez. Silenciando de tal manera nuestra conversacion interior que seamos capaces de escuchar el latido de nuestro corazon. El tema es que por lo general lo que el otro dice nos dispara conversaciones automaticas que nos distraen.

Aprende a estar en silencio.
Deja que tu mente escuche y absorba.
Pythagorus

A veces nos conectamos con nuestros tiempos que son mas acelerados que los del otro y de alguna manera empezamos a movernos como para demostrarle nuestra ansiedad. Este estado de animo se trasmite y el otro al escucharla se empieza a apurar y por lo general interrumpe lo que esta diciendo en la interpretacion de que tu tienes algo mas importante para decir. Una manera de manejar esta ansiedad podria ser haciendole preguntas acerca de lo que esta diciendo, preguntas que le demostraran nuestro interes y lo motivaran a seguir hablando de manera mas rapida.

Tenemos dos orejas y una lengua,
para oír mas y hablar menos.
Diogenes

Sonreir mientras el otro esta hablando, es tambien una muestra de nuestro consentimiento , lo mismo que asentir con nuestra cabeza y expresion le muestra al otro que estamos ahi presentes con lo que esta diciendo.

La mayoria de la gente existosa que he conocido
es la que escucha mas de lo que habla…

No hace falta apagar la luz del otro
para que brille la propia.

Bernard M. Baruch

Publicado en 2004.

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